miércoles, 5 de mayo de 2010
Nuestra morada
La casa del señor es la plaza
de cualquier ciudad o pueblo extraviado,
la simple línea de la tierra
o la línea de la mar
y su horizonte.
El fiordo, el río y su desove
o el deshielo, el canal, el lago
y el destierro que marca el estuario
y sus velas hinchadas, la luz del día,
la nube que matiza
el reflejo del sol en la montaña.
Adentro de uno mismo se cuelan
espera y silencio, preguntas y + silencios
pues ninguno se juzga por aciertos, errores,
omisiones u olvidos.
Los errores se corrigen con la pluma,
la reparación arregla los entuertos
y tú me miras ciegamente a los ojos
llevándome allí
donde el mudo
se a quedado sin palabra escuchada.
De la mano,hermano,
vemos el camino y su andariego ruego y
calma lenta,
El beso cierra al atardecer y el retiro abre el
hogar en su guarida.
Gabrielirosa (Cristóbal Salinas) - 2010
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