De repente lo miran con amor,
de repente lo miran con algo de frío.
Él, que es un niño bueno, que va al pan cuando le dicen
y trae todo el vuelto,
además de una risa entre los dientes.
( le faltan las muelas de atrás pero no se le notan,
a menos que se ría con el alma).
Él, que se afeita para disimular
los treinta y tantos que le vienen;
él, que es un Cristo Post-Moderno
pero con las cruces pequeñitas y la prédica medio muerta.
Dejen que el niño duerma
que hoy se limpió la cara y quedó bastante limpiecito.
Déjenlo vivir por debajo de los párpados,
que mañana pagará con lágrimas
el arriendo de las tardes que le vienen.
Dicen que la madre no llegó a buscarlo al tercer día
-se le pudrieron las tetas de tanto recuerdo y testimonios de leche-.
Dicen que la virgen lo parió en la soledad
(su mamita era virgen y se llamaba María Soledad)
No lo miren tan de cerca,
que tiene las pupilas amarillas,
puntos negros y caries en los ojos,
náuseas cuando dice h o l a, perros cuidando sus secretos.
A veces llora mucho por la piel, pero no es por la tristeza.
Se sacó la cresta cuando chico:
se le infectaron los labios por afuera;
se sacó la cresta cuando grande:
se le infectaron los labios por adentro.
Franco Muzzio-2008
viernes, 12 de marzo de 2010
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horror!!
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